domingo, 14 de noviembre de 2010

Familia, modelo y base de la sociedad

Autor: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer
Ciclo A. Domingo de la Sagrada Familia / Mateo 2, 13-15. 19-23 - La sociedad y la familia se salvan y se arruinan juntas.
La familia es el modelo de cualquier sociedad sana.
Dios pensó en la humanidad como una gran familia: no sólo porque Él es Padre, sino también porque Él mismo es familia. En esta Familia divina el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viven infinitamente felices, porque se aman con un amor infinito.


El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios: esto significa que fue creado para vivir, igual que Dios, en una familia, donde reina el amor personal. La familia es modelo de la sociedad, porque es imagen perfecta de la Sma. Trinidad.


La familia resulta también la base de la sociedad.
Porque en ella el hombre aprende a amar, aprende a ser hijo y hermano. En la familia es donde se decide la futura actitud social de un hombre y también su actitud religiosa. En la familia se aprende a tratar a los otros, no como cosas, sino como a personas. En la familia se aprende a dar amor, porque se recibe amor.

Si falta el cariño de los padres, el niño será después una persona insegura y desconfiada, encerrada en sí misma. Si el padre fue un bruto, el hijo será rebelde frente a cualquier autoridad que le recuerde a su padre, incluso frente a Dios. Por sus malas experiencias con su propio padre, muchos hombres no pueden aceptar el Evangelio de Cristo, ni creer en un Dios que es Padre amoroso.


También las relaciones con los hermanos son decisivas. Así el niño aprende a liberarse de su egoísmo, de la tendencia de dominar a los otros.

De este modo, el hombre crece sano si sus vinculaciones familiares son sanas. Ellas son como las raíces que permiten que el árbol de su personalidad sea capaz de resistir a los huracanes de la vida.

Los que destruyen la nación.
Por eso, no podemos construir una sociedad más cristiana en el país, si descuidamos las familias. Todos aquellos que no luchan por una familia unida en el amor, todos aquellos están destruyendo a nuestra nación.

• Están destruyendo a nuestra nación los esposos que nunca o poco dialogan entre sí o con sus hijos.
• Están destruyendo a nuestra nación los que han convertido la televisión en la dictadura absoluta del hogar.
• Están destruyendo a nuestra nación los padres que han hecho de su hogar una simple pensión, donde no hay más vida común que el comer y el dormir.

La Santa Familia en Nazaret es el modelo preclaro de todas las demás familias. Y el Señor que viene a construir un mundo nuevo, pasa primero treinta años en medio de su familia, esforzándose por vivir el nuevo ideal cristiano de la familia. Y sólo tres años predica y actúa en público. De Él debemos aprender la importancia de la familia, de nuestra propia familia.

Pidámosle, por eso, en esta Eucaristía, a Jesús, a María y a José, por nuestras familias, por todas las familias del país, para que Ellos las protejan y bendigan, y las eduquen según el espíritu de su familia de Nazaret.

Pero, además, demos gracias a Dios por todas aquellas personas que nos regalaron ambiente de familia en nuestra vida, que nos ayudaron a crecer como personalidades libres y solidarias, que nos estimularon con su cariño tanto dentro como fuera de nuestro hogar.

¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. 
http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/184/articulo.php?id=37915 

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